Violencia vicaria hacia los animales: el maltrato silencioso

A mi perra Isis, por devolverme a la vida 

Los datos son aterradores y dejan poco lugar a dudas: Un 86% de las mujeres encuestadas ha reportado también violencia hacia los animales que viven con ellas. Al menos un 63% de los menores que se enfrentan a estas situaciones, de crueldad familiar, también ha sido testigo de violencia por parte del maltratador a sus animales. Y más de la mitad de las víctimas por violencia machista en España confiesa haber retrasado su salida del domicilio para proteger a los animales. Las cifras son del Observatorio de Violencia hacia los Animales, proyecto impulsado por la doctora Núria Querol i Viñas, cuyo trabajo, imprescindible en nuestro país, ha derivado en la formación institucional del programa VIOPET

“Es un programa de acogida temporal para los animales de aquellas mujeres víctimas de violencia machista que ya se encuentran, o que van a acceder de manera inminente, a un recurso habitacional público en el que no es posible la entrada con animales”, señalan desde la Federación Española de Municipios y Provincias, en adelante la FEMP.  “La acogida de éstos es con carácter temporal”, prosigue, “porque el objetivo del programa es cubrir la temporalidad de la propia mujer en el recurso habitacional”. Esto permite, que una vez salgan de esa situación - en ocasiones incluso de peligro-, la familia pueda reencontrarse con su animal y puedan tener la estabilidad que necesitan.

Violencia vicaria a mascotas

Destaca de VIOPET la intervención de tantos colectivos y especialistas como “profesionales de la medicina, la veterinaria, la educación canina/felina, la criminología, las FFCCS, el trabajo social, los servicios especializados para víctimas, la psicología criminal”, reza en su web. En ella, se encuentran tanto recursos prácticos y concretos para las víctimas como para los colectivos y agentes sociales involucrados en su protección. 

VIOPET es un programa vanguardista en Europa ya que, según la FEMP, da la respuesta que se necesitaba a esos hogares con animales ya que “los vínculos que se generan con ellos son tan fuertes que, cuando se produce un caso de violencia machista, pueden ser utilizados para hacer daño a la víctima”. Cualquier mujer en el Estado español puede solicitar el servicio, aunque Junqueras asegura que se suele formalizar “a través del profesional de referencia de Servicios Sociales municipales de la mujer”.

Un servicio pionero en Europa que en España se ha beneficiado de la modificación del Código Civil que “indica expresamente que dentro de la violencia de género se incluye la existencia de maltrato animal, o la amenaza de maltratar a un animal, "como medio para controlar o victimizar" al otro miembro de la pareja y a los menores”, dice la abogada Irene Jiménez López, abogada y experta en derecho animalista. Irene Jiménez López es también la autora del libro Violencia Sexual Contra Animales: 1 (Derecho Animal). Jiménez asegura que el delito actual de maltrato animal está contemplado como agravante cuando es “ante un menor de edad o una persona especialmente vulnerable, y también maltratar a un animal para coaccionar, intimidar, acosar o dañar psíquicamente a una pareja o expareja”.

Esta abogada, en el ejercicio de su profesión, sabe que todas las violencias están relacionadas entre sí. “El mejor ejemplo de esto se encuentra en las sentencias que ha dictado, desde hace años, el Tribunal Supremo español, sobre delitos de tenencia y distribución de pornografía infantil; en muchos de los casos juzgados, se sometía a la niñez a prácticas sexuales con animales”.

Para Lola García Abogada y fundadora del despacho de abogados Derecho & Animales esta reforma del Código Civil ha supuesto un “antes y un después” ya que ahora “se contempla la posibilidad de que un progenitor que haya sido denunciado por maltrato animal pueda perder la custodia de sus hijos”.

violencia de genero mascotas

Hasta ahora, lo que se ha revisado es el maltrato directo a los animales: patadas, puñetazos, ahogarles con la correa, dejarles sin comer o no darles una alimentación acorde, dejarles a que sufran las inclemencias del tiempo y, como menciona la abogada Irene Jimenez, hasta violencia sexual tanto hacia los otros animales como a las infancias. Pero hay otro tipo de violencia, más sutil, pero no por ello menos dolorosa, a la que la abogada Lola García se ha enfrentado en los casos de custodia ya que “se utiliza a los animales para hacer daño a la expareja, no de forma directa, sino impidiendo que tenga contacto con el animal como castigo por haber roto la relación sentimental”. A esto, añade la letrada, “cuando una pareja de hombre y mujer tienen un animal, en la mayoría de casos el chip del animal siempre se pone a nombre de él”. 

Contrasta con los datos que se tienen hasta el momento sobre el perfil de quiénes protegen a los otros animales en nuestro país. Según el estudio de 2011 de la doctora Estela Díaz de la Universidad de Comillas, un 71% de las activistas por los derechos de los animales se identifican como mujeres. Según la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Sector del Animal de Compañía  (AEDPAC 2020) en nuestro país son las mujeres las que se encargan de los cuidados y de la compra de alimentos para estos animales en un 86%. A 2022, esto supone, un 27% de hogares donde hay un perro frente a un 17% de gatos, según los últimos datos recogidos por Estadista.

Alicia Gosálbez Sanz, veterinaria en Consulta Felina, propone que sus colegas también han de estar atentos a este tipo de violencias “si detectamos hallazgos en consulta que nos hagan sospechar de que puede existir una situación de abuso, sería interesante recomendar a la posible víctima registrar a los animales a su nombre; si no llevan identificador haciéndolo en el momento de la consulta y, si ya lo lleva, proponiendo un cambio de propietario en el registro”.

Para saber detectar esta violencia en los animales, que nos puede ayudar a denunciar delitos también contra las personas, pide al colectivo veterinario que estén atentos sobre todo “en la exploración física podemos detectar cambios derivados del estrés crónico como mal estado del pelaje por una falta de acicalamiento y pérdida de peso”. “En caso de violencia física, las lesiones pueden ser difícilmente reconocibles al ocultarlas el pelaje, buscaríamos en abdomen ventral, donde puede haber menos densidad de pelo y en las mucosas”, termina. 

La veterinaria de Consulta Felina, también experta en comportamiento animal, nos da pistas para que vigilemos si nuestro animal comienza a “asustarse por ruidos o eventos cotidianos cuando antes no lo hacían; tiene una reacción defensiva con agresividad, especialmente hacia la persona que ejerce la violencia; o una actitud esquiva con autoaislamiento”, entre otros hábitos que se salgan de su carácter habitual. Ante cualquier sospecha de si la pareja está maltratando al perro o al gato, es importante conocer bien todas las opciones y recursos al alcance de las familias.

violencia vicaria mascotas

Igual que sucede con otras violencias, la violencia vicaria hacia los otros animales en un contexto familiar nos repercute y afecta directamente como sociedad. En el Observatorio de Violencia Animal explican que agentes de las fuerzas de seguridad, psicólogos y criminólogos han constatado la evidencia científica de lo que llaman el link (enlace). En este estudio que se realizó a 42 hombres en la cárcel sobre violencia machista en su adultez, el 36% reportó haber sido cruel con los animales en su infancia, el 86% dañó a los otros animales en algún momento de su vida y un 52% admitió que había matado o abusado de un animal durante un conflicto de pareja. 

La doctora Núria Querol i Viñas explica en la web del Observatorio que “cuando se producen múltiples formas de violencia en un hogar, incluido el maltrato animal, los miembros de la familia están en mayor riesgo de una escalada violenta y continua si no se abordan todas las formas de violencia”. Desde el Observatorio, advierten que “el vínculo humano-animal hace que el maltrato a animales no sea un hecho aislado: se trata de una forma de violencia familiar y una señal de alarma de otros comportamientos violentos”.


Nota de la autora:

Si quieres seguir leyendo sobre este tema, te recomendamos el artículo de Candela Barro en Público.es y el artículo de Concha López en el caballo de Nietzsche en eldiario.es, sobre todo a raíz de la nueva Ley de Protección Animal y del tema de la violencia sexual. 

Algunas referencias extra: 

Ascione, F. R., Weber, C. V., Wood, D. S. (1997). The abuse of animals and domestic violence: A national survey of shelters for women who are battered. Society & Animals, 5, 205–218.

Querol, N. (2021). Violencia hacia los animales y violencia de pareja en M.A. Soria, N. Querol, A. Company (Eds.), Violencia contra los animales: Relevancia en la investigación criminal y la delincuencia violenta. (pp.45- 65). Pirámide

Sara Chiara Haden, Shelby E. McDonald, Laura J. Booth, Frank R. Ascione & Harold Blakelock (2018) An Exploratory Study of Domestic Violence: Perpetrators’ Reports of Violence Against Animals, Anthrozoös, 31:3, 337-352, DOI:10.1080/08927936.2018.1455459

Paula González Carracedo

Soy Paula, una madrileña que ha conseguido hacer de su pasión, la comunicación, su herramienta de trabajo para ayudar a quienes lucháis por hacer del mundo un lugar más habitable a contar mejor vuestra historia. Comunicadora , licenciada en ADE del 86 y CEO de The Vegan Agency. Vegana, preguntona y enamorada de la gente bonita. Escribo mucho aunque a mi lo que más me gusta es hablar, debatir y montar planes de comunicación. Aspiro a ser quien mi perra creía que soy.

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